EL SUBMARINO DE DIOS

EL SUBMARINO DE DIOS

Juan 17:16: “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”.

“Estamos en el mundo pero no somos del mundo. Podemos ilustrar esa verdad mirando para un submarino. Está en la agua pero no es del agua. Si él está en el suelo, fuera del agua, no sirve para ningún propósito… pues, no está realizando su misión. Cuando él está en el agua, debe estar separado (no aislado) del agua. Cuando a agua entra en el submarino, es motivo de alarma y emergencia. Nosotros, de la misma forma, debemos ser separados del mundo pero, no aislados del mundo.” (Wayne Sams)

Grande es el propósito del Señor en la vida de aquéllos que están en el mundo y, al mismo tiempo, despegados de él. El Señor Jesus entró en nuestros corazones para que fuésemos Su iglesia reluciente, viviendo en el mundo sin luz, alumbrándolo, sin que nuestra luz sea ofuscada por su obscuridad. Ésta es nuestra misión y ningún propósito habría en alejarnos del mundo.

Si las tinieblas nos rodean, vamos a sembrar la luz del Señor. Si las mentiras se aproximan a todos los lados, vamos a rebatirlas con la Verdad que liberta. Si nuestros amigos continúan andando sin rumbo, vamos a mostrarles el verdadero Camino. Para eso fuimos salvos, para eso fuimos libertos, para eso fuimos llamados  para ser bendición y para que bendigamos a todos aquéllos para quiénes fuimos enviados.

Y como garantía que nuestra misión será cumplida perfectamente, no podemos permitir que el pecado nos alcance. Así como el submarino acciona la alarma de emergencia cuando el agua penetra en su interior, dejemos la alarma de Dios accionada para impedir que el mundo penetre en nuestras vidas.

Cuando nuestras actitudes son revestidas de oración y sometimiento a la voluntad del Señor, las puertas de nuestros corazones estarán lacradas contra los engaños y trampas del maligno. Estaremos en el mundo, seremos sal para dar sabor y luz para clarear los ambientes, y la misión que el Señor nos confió será realizada plenamente, engrandeciendo y glorificando Su nombre.

Hoy predico en la iglesia un joven misionero, Mauro Martinez, que nos dejo una gran enseñanza y una pregunta:
¿Estas en el centro de la voluntad de Dios?